You are currently viewing El punto de no retorno
Photo by Jessica Nunes on Pexels.com

El punto de no retorno

De cómo saber cuándo llegó el momento de hacer un cambio y moverte a la acción

Llega un momento en la vida en el que no puedes más, tocas fondo y te dices que algo tiene que cambiar, que ya no puedes continuar haciendo las cosas de la misma manera, que no hay vuelta atrás, que no puedes vivir como antes, que eres otra y que te debes a ti misma hacer lo que sea necesario para dejar atrás la vieja tú. 

En estos días, una amiga me dijo que quería volver a hacer una dieta que habíamos hecho hace un año, porque estaba harta de ver cómo se comía dos cosas y la báscula volvía a subir a esa cifra inaceptable para ella. Me dijo con coraje que no quería volver a ver ese número debajo de sus pies. Le dije: “entonces, llegaste al punto de no retorno”. No recuerdo si me contestó y no sé si me entendió o me hice entender, pero hoy quiero contarte a ti cuál fue mi punto de no retorno con la seguridad de que llegarás al tuyo y desde ahí emprenderás camino a tu nueva vida y con la esperanza de que mi amiga, al leer esto, continúe firme en su propósito.

Hace un año, cuando todo era incertidumbre por la pandemia y vivíamos encerrados con miedo a respirar, llegué a mi punto de no retorno. Llevo toda mi carrera profesional saltando de trabajo en trabajo cada tres años. Primero eran los jefes que no me entendían, que me limitaban, que querían que fuera a su imagen y semejanza, luego era el ambiente laboral tóxico y crisis que volvieron insostenible hacer mi trabajo de forma eficiente. 

Todo me motivaba a seguir moviéndome de empleo hasta que llegué a un lugar en el que los jefes me apoyan y creen en mí, me dan libertad y me pagan un buen salario. Trabajo en un lugar donde la comunicación es efectiva, el ambiente laboral es ameno y, en general, todos nos llevamos bien. Siempre digo que llegue al cielo de los trabajos. Claro que no es un lugar perfecto, que hay frustraciones y malos entendidos, que siempre se puede cobrar más y tener más libertad, pero la verdad es que no me puedo quejar. 

Entonces en un lugar así, ¿cómo era posible que yo sintiera que necesitaba moverme? ¿Por qué no estaba satisfecha? ¿Por qué estaba entrando otra vez al círculo de la queja constante? ¿Por qué estaba tóxica criticando todo lo que había a mi alrededor? Un día, mientras esperaba por chat a que un compañero contestara a mi frustración del momento, me di cuenta. Yo no podía controlar lo que hacían los demás. Sólo podía controlar como yo iba a actuar sobre lo que pasara a mi alrededor, esa fue mi gran revelación.

Entonces la incomodidad que había en mi interior comenzó a tener sentido y se volvió un mal sabor de boca. Entonces, lo supe. Yo quiero ser la que dicte la pauta. Yo quiero ser la que decida los colores, la forma, el contenido y el mensaje. Yo quiero llevar mi propio mensaje y decidir cuándo y cómo lo hago. Yo quiero tomar las riendas de mi vida profesional y moldearla a mi manera. Yo quiero ponerme mis propias reglas y ser mi propia jefa. Entonces, bajé los puños, dejé de pelear con mi entorno. Llegué a mi punto de no retorno.

Ya no había vuelta atrás, ya no podía hacer otra cosa que comenzar a moverme en la única dirección que tenía: seguir mis sueños. Pero espera, esta historia no termina con una renuncia súbita y un lanzamiento de misma al abismo. Decidí hacer cambios en mis rutinas, decidí aprender a ser consistente para encontrar cómo sacar el tiempo que necesitaba para moverme hacia lo que me estaba dictando mi corazón. A un año de esta revelación, sigo en el cielo de los trabajos y en mi tiempo libre voy labrando mi futuro cielo personal. No ha sido fácil, he dormido poco, le he robado tiempo a mi familia y a mis amigas, pero estoy creando mi propio destino. Estoy moviéndome lentamente, poco a poco hacia el lugar en el que yo quiero estar. Estoy diseñando mis colores, la forma, el contenido y mi mensaje. Ya no me quejo de lo que pasa a mi alrededor, bueno no tanto como antes. Ahora vivo enfocada en lo que estoy creando para mi y cada vez que me tiemblan las rodillas porque me atrevo a dar un paso más, cada vez que escribo un artículo como este o grabo un episodio del podcast, cada vez que hago un live o un reel o hago más público mi mensaje se me encoge el estómago. No sé si lo estoy haciendo bien, sí sé que estoy cometiendo errores, pero sé que los tengo que cometer para poder moverme y seguir mi camino. 

¿Cómo saber si llegaste al punto de no retorno?

Entonces, quiero contarte 3 sensaciones que te ayudan a identificar si llegaste al punto de no retorno:

  1. Sientes que tu situación actual es insostenible y que ya no quieres vivir, trabajar o estar de la manera en la que te encuentras.
  2. Miras a tu alrededor y ya no conectas con tu entorno. Sientes que lo que antes era normal, hoy te parece extraño.
  3. Sientes un deseo profundo de moverte, aun cuando no sabes cómo hacerlo o hacia donde ir.
¿Qué puedes hacer cuando llegas al punto de no retorno?

¿Sientes que estás ahí? ¿Qué vas a hacer ahora? Te lo pregunto porque tu realidad te va a empujar a salir de tu punto de no retorno en dos direcciones posibles:

  1. No hacer nada y volver a tu ruta normal, volver a tu zona de confort.
  2. Tu incomodidad será tan grande e insoportable que te moverás hacia donde realmente quieres ir.

¿Cuál vas a escoger? No te digo que salgas corriendo ahora y dejes atrás la vida que tienes. Por favor, no hagas eso. Te digo que empieces a escuchar esa voz interior que te dice que ya no puedes vivir sin hacer eso con lo que tanto llevas soñando. Escucha ese deseo de sentirte bien en tu propio cuerpo, con tu peso ideal, de abrir ese negocio con el que llevas años soñando, de comenzar ese blog que has escrito en tu mente tantas veces, de pedir ese aumento que sabes que mereces hace años, de compartir tu conocimiento con otras personas y empezar tu negocio online. Sea lo que sea que quieres hacer, si llegaste a tu punto de no retorno, no te quedes ahí con esa espinita. Da un paso al frente, solo uno y empieza a moverte.

¿Qué puedes hacer cuando llegas al punto de no retorno?

Bueno, ya estás ahí con el mal sabor de boca, con el estómago encogido y la piquiña incómoda. ¿Y ahora, qué haces? ¿Cómo te mueves para quitarte del cuerpo esas sensaciones, para sentirte bien con mimsa?  Mira, esto es lo que puedes hacer si sientes que llegaste a tu punto de no retorno:

  1. Organiza tus ideas: Saca un momento a solas para pensar y escribir por qué sientes que llegaste al punto de no retorno y qué es lo que quieres que cambie en tu vida.
  2. Comprométete con misma: Es fácil salir de este estado de incomodidad y volver a tu zona de confort, pero la espinita seguirá ahí. Entonces haz un compromiso contigo para seguir incómoda porque eso te hará moverte.
  3. Prepara un plan: Escribe qué quieres lograr, cómo lo puedes hacer y cuándo lo harás y empieza a mirar qué puedes hacer primero. No te abrumes con las grandes cosas, empieza por dar pequeños pasos con los que te sientas cómoda y segura.
  4. Modifica tus hábitos: Observa cuáles son los hábitos que te tienen en el lugar en el que estás y busca nuevas formas de hacer las cosas para cambiar de dirección. Si sientes que no sabes cómo cambiar tus hábitos y costumbres o que no puedes hacerlo sola, busca ayuda.
  5. Muévete aunque no sepas cómo: Si te mueves dejarás de estar en el mismo lugar aun cuando sea un paso más lejos. De pasos en paso te alejarás de lo que no quieres y llegarás a tus sueños. No dejes de moverte aún cuando te sientas perdida, aun cuando no sepas a dónde vas o qué estás haciendo. Busca respuestas, busca ayuda, haz lo que tengas que hacer pero no dejes de moverte.

Este artículo ha estado intenso, lo sé, pero bueno ya debías pensar lo que te esperabas cuando viste el título. Desde aquí no hay vuelta atrás, todo es un mirar hacia adelante para sacarte del cuerpo el mal sabor de boca que te provoca estar en tu punto de no retorno. Quiero saber de ti, cuéntame si llegaste a tu punto de no retorno, si quieres hacer cambios y no sabes por dónde comenzar. Estoy aquí para ayudarte a organizar tus ideas, te dejo este enlace para que Hablemos un Rato

Dale, te espero apagafuegos.

This Post Has One Comment

Comments are closed.