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5 trucos para crear tiempo y enfocarte en tu trabajo

¿Sabías que todos tenemos el mismo tiempo?

La primera vez que lo escuché me reí. “El tiempo no se tiene, el tiempo se hace”. No recuerdo quién lo dijo, pero enseguida lo adopté. Si te soy totalmente sincera, lo adopté a mi conveniencia. Cada vez que alguien me daba la excusa de que no tenía tiempo, lo repetía como un mantra sagrado. “El tiempo no se tiene, el tiempo se hace”. 

Cuando daba clases en la universidad y un estudiante me venía con el cuento de que no pudo terminar el trabajo que debía entregar hacía una semana, le decía con autoridad: “el tiempo no se tiene, el tiempo se hace”. Cuando algún compañero de trabajo se retrasaba en algo que yo estaba esperando y me decía: “es que no he tenido tiempo de terminarlo”, yo le reprochaba: “el tiempo no se tiene, el tiempo se hace”. 

La verdad es que cuando yo necesitaba usar la carta blanca del: “no me dio tiempo o no tengo tiempo” para excusarme por un retraso, una tarea incompleta, una ausencia a algún evento o no lavar el baño esa semana, ahí se me olvidaba mi mantra. Hasta que un día, el excusarme hablando con una amiga por haber abandonado el gimnasio que seguía pagando, lo escuché al otro lado del teléfono: “Iliana, es que el tiempo no se tiene, el tiempo se hace”. “Ouch, eso es lo que yo digo todo el tiempo”, le confesé avergonzada. Y la voz al otro lado del teléfono hizo silencio, de esos silencios que te dicen todo sin decir nada. 

Así es que respiré profundo y me puse pa’mi número. No volví al gimnasio, pero cancelé la suscripción y dejé de pagarlo. También dejé de usar la excusa del tiempo y la cambié por “no quiero, no me apetece o le di prioridad a otro asunto” y cosas por el estilo. Y es que es verdad, el tiempo no se tiene, el tiempo se hace. De esto hace ya unos años y la lección que me dio mi amiga ese día fue que las excusas solo le sirven al que las da y que la excusa de la falta de tiempo es solo eso, una excusa. Así es que si le estás echando la culpa a la falta de tiempo para esconder que andas un poco desenfocada en el trabajo, estás de suerte porque hoy vamos a meterle el diente a eso de ponernos la capa y el sombrero y hacer un poco de magia, creando tiempo.

Sucede que todos tenemos algo en común, tenemos la misma cantidad de tiempo. Sé que a lo mejor estás saltando mientras lees esto, porque tendrás miles de ejemplos de cómo otras personas tienen mucho más tiempo del que tienes tú, y antes de que explotes te lo explico enseguida. 

Me voy a ir un momento al sistema solar, como ya sabes tenemos nuestra estrella que es el Sol y vivimos en el planeta Tierra. También sabes que el planeta gira alrededor del sol y eso, según los cálculos matemáticos, toma alrededor de 365 días, 5 horas, 45 minutos y 46 segundos. Ese es el movimiento de traslación y lo que hemos denominado como un año. Todos los que estamos en la Tierra vivimos ese mismo tiempo girando alrededor del sol. Luego tenemos el movimiento de rotación, que es la Tierra girando sobre su propio eje y ese movimiento toma 23 horas, 56 minutos y 4.1 segundos, para ser exactos. Eso lo llamamos un día. Entonces, todos los que estamos en la Tierra tenemos esas 24 horas aproximadamente. ¿Ves como sí todos tenemos la misma cantidad de tiempo?

Ahora bien, sé que estarás pensando que aunque todos tenemos 24 horas, no todos tenemos el control sobre esas 24 horas. Y es verdad, que a veces andamos pidiéndole horas al reloj y pensamos que necesitamos que el planeta gire sobre su eje por 48 horas para que nos de el tiempo a todo lo que tenemos que hacer. Entonces, ¿Cómo le hacemos para crear ese tiempo? ¿Será cuestión de hacer algo de magia para volver a la Tierra un poco más lenta?

Pues, te cuento que la clave está en tus manos. Te voy a dar ahora 5 trucos para que le ganes la batalla al reloj y no andes intentando que la Tierra gire un poco más lento.

  1. Evalúa cómo estás usando tu tiempo. Si bien es cierto que todos tenemos las mismas 24 horas, también es cierto que todas esas horas están ocupadas. La diferencia entre alguien que logra completar muchas cosas y alguien que no acaba nada de lo que empieza está en cómo usa su tiempo y no en que tenga más disponibilidad. Te dejo por aquí una tabla para que puedas hacer una evaluación de tu tiempo.
  2. Pon en agenda todo lo que quieres lograr. Usa la agenda y escribe las cosas que tienes pendientes y las que quieres hacer, ponle fecha a todo para que cada cosa tenga su propio tiempo. Cada semana, revisa y actualiza tu agenda para que te asegures de que todo lo que está en tu cabeza, también esté en tu calendario y puedas encontrarle hueco a todas tus actividades.
  3. Limita tus actividades diarias. “El que mucho abarca, poco aprieta”. Eso me decía mi abuela y esta semana ando recordándola porque hace ya 10 años que vive en mi corazón. El dicho de mi abuela es una gran lección para que recuerdes que cuando intentas hacer demasiadas cosas a la vez, no tendrás el tiempo para hacerlas todas. Tengo una amiga que sufre de este mal. Hace como tres planes para un mismo día a la misma hora y luego no llega a nada a tiempo. Entonces, lo que puedes hacer es limitar las actividades o los resultados que quieres lograr cada día para que te asegures de que el tiempo sí te da.
  4. Decide a qué le vas a dar prioridad. Ya hemos hablado antes de las cosas que son urgentes y de las que son importantes. Si no sabes de qué estoy hablando, puedes leer el artículo: La diferencia entre lo urgente y lo importante. En ese artículo te hablo sobre cómo darle la prioridad justa a las cosas dependiendo del nivel de importancia y urgencia que tengan. Así es que cuando decides qué tiene más prioridad en tu vida, son esas las actividades a las que debes asignarle más tiempo.
  5. Trabaja por resultados y no por tareas. Olvídate de la interminable lista de tareas pendientes. Organiza tu tiempo según los resultados que quieres alcanzar cada día, cada semana, cada mes y cada año. Luego, asigna a esos resultados las actividades que realmente te van a ayudar a lograrlos. Descarta toda actividad o tarea que no te ayude a lograr los resultados que te estableciste. Verás que hasta te sobra un poco de tiempo.

Así es como yo he podido ganarle la batalla al reloj y parecer que hago magia con mis 24 horas. Cuéntame en las redes sociales de Apagando Fuegos cómo organizas tu tiempo. Recuerda descargar y usar la plantilla: Evaluación de mi tiempo para que sepas cómo estás invirtiendo tus 24 horas.

Dale, te espero.