Estos 5 personajes me dieron grandes lecciones para construir mi propio futuro
Tengo que confesar que en casa somos un poco fans de los musicales. Mi marido y yo hicimos un standing ovation en solitario cuando vimos Les Miserables en el cine y luego estuvimos semanas cantando a destiempo y desentonando I dreamed a dream. The Greatest Showman es otro gran favorito en casa. Lo vemos por lo menos cada dos meses, quizás más seguido. Llevamos años practicando el baile de The greatest show con las nenas y aunque estamos bien lejos de seguir los pasos nos sentimos como todas unas estrellas cuando terminamos asfixiados ese cardio de 4:45 minutos. También debo decir que tenemos un amor confeso por Hugh Jackman, pero ese es otro cuento.
Sin embargo, no morimos por La la land, aunque la hemos visto un mínimo de 5 veces y Hamilton tuvo cero éxito en casa. Si debo seguir este tren de confesiones, lamento informar que me he quedado dormida 3 veces intentando ver la versión disponible en Disney Plus. Pero para no hacerle un flaco favor al primo de mi prima y el querendón más odiado de Puerto Rico (así somos, los queremos y los odiamos a partes iguales) debo decir que a casa ha llegado un musical a quitarle noches a Hugh Jackman. Llevamos 3 noches corridas viendo In the Heights. Sí, leíste bien. Somos un poco obsesivos, lo sé. Gracias Lin Manuel Miranda por regalarnos esta joyita.
Entre paso y paso y un meneíto de caderas pa’ aquí y pa’ allá nos ha cautivado la historia, o mejor dicho las historias de este musical. Y yo, como ando buscándole contexto y conexión a todo lo que estoy haciendo, no me pude resistir a contarte que esta película trata sobre hacer sueños realidad. Y ando por estos días hablando de cómo puedes comenzar el proyecto de tus sueños. Así es que ahí vamos, con mi primera reseña de película para este blog.
El sueñito
La historia ya pintaba maneras cuando desde la primera escena el protagonista comienza a explicarle a un grupo de niños qué significa la palabra “sueñito”. En un principio me puse a la defensiva porque me chocó el diminutivo. Esta herencia del colonizado de minimizarlo todo. ¿Por qué nuestros sueños no pueden ser grandes o simplemente sueños? No, tienen que ser pequeñitos, en diminutivo para no molestar. En fin, mientras seguían pasando los minutos iba yo en mi viaje mental de igualdad y derechos humanos hasta que los ritmos caribeños callaron mi cerebro y me pusieron a bailar. Entonces, decidí bajar la guardia y disfrutar de la película.
Ahí comencé a ver de verdad a estos personajes que tenían sueños y que estaban luchando día y noche para hacerlos realidad. De hecho, el protagonista dice algo así como: “En este barrio no puedes dar dos pasos sin cruzarte con el gran sueño de alguien.” Esa frase calmó mi lucha interna con el diminutivo y entendí que todos tenemos sueños de todos los tamaños. Después de todo estaban en Nueva York, la tierra de las grandes oportunidades y donde los sueños de los inmigrantes se hacen realidad. ¿O no? Ok, antes de ponerme a hacer un análisis histórico sobre los inmigrantes en Nueva York (tema que me apasiona, hice varias investigaciones al respecto) me voy al meollo del asunto y son las historias de cinco personajes que me dieron grandes lecciones sobre lo que tenemos que tener en cuenta para hacer realidad nuestros sueños. Uf, esto fue oro y un motivador adicional para seguir contándote e impulsándote a que saques de la gaveta ese proyecto con el que tanto has soñado.
Los personajes
- Daniela, la dueña del beauty: Tuvo que cerrar su peluquería y mudarse al Bronx, donde nadie la conoce, dejando atrás su barrio y a sus clientes. La fe que ella tiene en su proyecto es tan grande que sabe que allá donde vaya le irá bien. Daniela me enseñó que tienes que creer en tu sueño, en tu proyecto aun cuando las circunstancias cambien, aún cuando te muevan el piso y te cambien el rumbo. Aférrate a lo que quieres lograr y sigue intentándolo hasta que lo alcances.
- Vanessa, la diseñadora de ropa frustrada: Su creatividad no tiene límites, pero se deja intimidar por sus circunstancias. Cuando se da cuenta de que ella tiene todo lo que necesita para triunfar, entiende que no tiene que irse lejos para hacer sus sueños realidad. Esta me tocó de cerca, tengo una tendencia al cambio radical, a moverme lejos para volver a empezar de cero. Sin embargo, Vanessa te muestra que todo lo que necesitas para sacar adelante tus proyectos lo cargas dentro de ti, que no necesitas que otros te validen o irte lejos para triunfar.
- Nina, la universitaria que salió del barrio: Trabajó duro para ser la mejor y lograr su sueño de ir a una universidad de élite, pero allí se dio cuenta que no era la joya de la corona, sino una más que tenía que luchar por crearse un espacio y por conquistar un nuevo sueño. Cuando logramos cumplir una meta y nos movemos hacia el lugar soñado, parece que todo ha llegado a su fin y la verdad es que sólo ha comenzado. Nina se convirtió en ejemplo para su comunidad, logró salir a demostrarle a otros que ella y los suyos también pueden lograr sus sueños, pero llegó a la boca del lobo donde ella ya no era la chica especial a la que todos admiraban, era más bien una inmigrante que no encajaba. Encontrar un nuevo sueño en terreno desconocido cuando ya tuviste éxito es la esencia del soñador y una lección para recordar siempre.
- Sonny, el adolescente que sueña con la justicia: Su ambición es la más noble de todas, porque no es solo para él. Sueña con un mundo más justo en el que él y su generación de “dreamers,” niños que llegaron a Estados Unidos con sus padres y sin documentos, puedan tener las mismas posibilidades que los demás. Me encanta este personaje porque él lucha para él y para otros, él se ve como colectivo como parte de un todo. Su sueño es grande, su sueño es compartido y esos son los más hermosos. Qué importante es recordar que los sueños que tenemos se disfrutan más si benefician a otros además de a Misma.
- Usnavi, el que lucha para vivir el sueño de su padre: Trabajó y vivió toda su vida para cumplir un sueño que no era suyo mientras, en su afán, seguía ignorando sus verdaderos sueños. ¡Spoiler alert! Menos mal que al final se dio cuenta de que todo con lo que soñaba ya lo estaba viviendo y lo tenía cerca. Crecimos compartiendo los sueños de los que nos rodean, nos educan y nos inspiran y es posible que confundamos los sueños de los demás con los propios. Por eso es importante, buscar claridad para entender qué te motiva. Encontrar tu para qué te va a llevar a rediseñar tus sueños de acuerdo con lo que tú quieres de verdad.
Bueno, no sigo porque quiero que veas In the Heights. No solo saldrás con varias reflexiones sobre la vida, sino que también habrás movido un poco ese esqueleto con los sones caribeños que la adornan sin parar. Cuéntame, ¿ya la viste? ¿Qué lecciones te llevaste? Quiero conocer tu opinión, escríbeme a través de las redes sociales de Apagando Fuegos para que conversemos.
Dale, te espero apagafuegos,
Iliana