You are currently viewing No eres víctima de tus circunstancias

No eres víctima de tus circunstancias

Eres la única persona que realmente puede cambiar tu vida

No tengo tiempo. No sé cómo hacerlo. Estoy cansada. Más adelante. No es mi momento. ¿Cuántas veces te has repetido estas frases? Yo, muchas. Desde 2012 estoy deseando crear un negocio propio. Desde 2013 estoy deseando volver a escribir. Desde 2014, sueño con dar talleres y ser speaker. Desde que tenía 11 años quería ser escritora. Y me regodeo en mis sueños y en mis excusas para no perseguirlos. ¿Quizás por miedo? No lo sé. La cosa es que siguen pasando los años y yo me sigo alejando de mis sueños, muchas veces culpando a otros, mis circunstancias o a la vida misma. 

Cuando empezó la pandemia me deprimí, lo veía todo negro y comencé a asumir viejos patrones en los que me coloco como víctima de los otros.  De repente, me encontré con esa angustia en la boca del estómago, esa incomodidad que te provoca salir corriendo del lugar en el que estás, de la situación que la causa. Y fue como chocarme con una pared. Me di cuenta de una cosa que lo cambió todo.

Los demás y todo lo que me rodea está fuera de mi control. No hay nada que yo pueda hacer, fuera de intentar manipular a la gente (cosa que no me interesa), que cambie cómo actúan los otros o lo que pasa a mi alrededor. Lo único que está bajo mi control, soy YO misma. Te digo que esto fue como una revelación. Lo único que puedo hacer es decidir como YO voy a reaccionar y actuar en relación con todo lo demás. 

Entonces dije: “no hay otro momento. Este ES el mejor momento para moverme hacia mis sueños”. Aquí te cuento cómo logré combatir esas 5 frases que me limitaban y cómo logré liberarme de mis circunstancias para poder actuar.

  1. No tengo tiempo. La pandemia ayudó porque me permitió estar más tiempo en mi casa. Así es que el tiempo de ir al trabajo, buscar a las nenas o moverme de repente estaba liberado. Pero la realidad es que fue un cambio de enfoque porque cambié mis prioridades. Asumí como mantra de vida que el tiempo no se tiene, el tiempo se hace. Puse mis sueños en la lista de las cosas que eran las más importantes y les di su espacio, su tiempo. Literalmente, escribí en mi libreta el tiempo libre que tenía y ubiqué ahí todas las cosas que quería hacer: correr, escribir, comenzar un blog y crear mi marca personal. Luego, le puse fechas como correr todas las mañanas a las 5:30 am o Tomar un curso de storytelling  de 9:00 a 11:00 pm los lunes y miércoles. 
  2. No sé cómo hacerlo. A mi me gusta explorar y buscar la manera de hacer las cosas por mi misma, quizás viendo alguna referencia en Youtube, pero nada más. Siempre apuesto a que encontraré la manera de lograra lo que quiero. Pero eso me suele tomar más tiempo y quería avanzar lo más posible, no sabía cuánto iba a durar este tiempo en casa y quería establecerme algunas cosas como hábitos que fueran permanentes y que me acercaran a mis sueños. Por ejemplo, quería publicar un blog para obligarme a escribr todas las semanas, pero la parte técnica de montarlo me tenía estancada. Quiero que sepas que desde 2012 he comprado domains para todas las ideas de negocio que se me han ocurrido y siempre se me trancaba el bolo en el momento de montar la página, así es que tarde o temprano lo dejaba perder. Esta vez, no iba a dejar que eso me pasara y cogí un curso para aprender a montar mi página de forma sencilla. Además, tomé el curso de storytelling para recuperar mi voz narrativa, esa que ya no recordaba después de tanto tiempo escribiendo emails corporativos.
  3. Estoy cansada. Con la pandemia y el encierro avanzando, me encontré pidiéndole más horas a la noche. Me sentía sencillamente agotada, los días parecían los mismos y la trastera en la cocina me abrumaba. Cuando decidí hacer algo, me puse a buscar información sobre cómo tener más energía y por todas partes me salía hacer ejercicios. Nunca he sido muy dada al deporte, pero llevo años coqueteando con la idea de correr. Había comenzado varias veces, pero después de un mes o dos lo dejaba. Te reconozco que levantarme a las 5:00 a.m. para salir a correr fue muy duro, era como hacer todo lo contrario a lo que mi cuerpo me pedía, que era simplemente dormir o estar tirada en el sofá como una plasta. Así es que me obligué, me bajé una app que me ayudó a ir poco a poco y a sentirme que estaba avanzando y lo fui logrando. Correr en las mañanas, por contradictorio que parezca, me ayudó a tener más enegía y a sentirme menos cansada. 
  4. Más adelante. Definitivamente estar en una pandemia global te cambia las perspectivas de la vida. ¿Y si no hay un más adelante? Esa idea me rondaba cada vez que leía la nueva cifra de contagios y de muertos en distintos países. Puerto Rico no ha vivido la pandemia de forma tan dramática como otros lugares, pero me parecía que era cuestión de tiempo. Y como no podía hacer nada por evitar la pandemia, decidí que dejaría de esperar a un “más adelante”. También me ponía de excusa a las niñas porque necesitan más de mi ahora, porque tengo que enfocarme en ellas y tantas cosas más que nos decimos las madres y que nos inculcan desde que nacimos. Pero, luego pensé que precisamente, más adelante ya no me iban a necesitar tanto y que si dejaba para después crear una vida en la que pueda dedicarles más tiempo seguramente cuando la tuviera iba a ser muy tarde.
  5. No es mi momento. Todo lo anterior me llevó a derrotar este pensamiento y decidir que sí es mi momento. Porque, ¿sabes qué? Mi momento lo elijo yo. Y yo decidí que era este porque ya me había liberado de mis circunstancias, porque ya había decidido que Yo estaba en control de mi vida. Solté las excusas y me abracé a mis sueños. Y no quiero que pienses que estoy en un viaje de optimismo y autoayuda, para nada. Lo que estoy es más feliz desde que tomé estas decisiones. No ha sido fácil, nada de esto ha sido fácil, pero estoy comprometida conmigo y eso lo cambió todo. Si somos capaces de hacer tantas cosas por los demás porque nos sentimos comprometidas, ¿porqué no podemos tener ese mismo compromiso con nosotras?

Escribir estas líneas es reconfortante y me reafirman en mi propósito. Lo único que espero es que te sirvan de inspiración, que te ayuden a encontrar herramientas para derrotar esas frases que llevas años diciéndote, esas excusas que te has inventado para no lanzarte a cumplir tus sueños. Me gustaría que me contaras cuáles son tus sueños, escríbeme en las redes sociales de @Apagando Fuegos.

Dale, te espero