Decisiones que me ayudaron a organizarme mejor en el trabajo
La adrenalina que genera andar resolviendo un problema tras otro puede llegar a ser adictiva para algunas personas. Tuve un jefe que se rehusaba a planificar y tengo la impresión de que disfrutaba apagar fuegos todos los días. Se le veía como un brillo en los ojos cada vez que resolvía (a medias) cualquier problema que surgía en la oficina. Él confiaba en su instinto y experiencia para llevar el día a día. El problema es que el resto de los empleados no tenía ni su instinto ni su experiencia y ni siquiera tenían del todo claro qué se esperaba de ellos porque todo cambiaba según el nuevo fuego que estuviésemos apagando.
Cuando la cultura organizacional está enfocada en resolver los problemas del momento resulta más difícil organizarse y planificar, pero siempre hay espacio para ser agentes de cambio desde nuestras trincheras. No te voy a mentir, no logré cambiar la cultura de ese lugar. Decidí moverme de trabajo, pero esa no necesariamente es una opción para todos. Lo que sí logré fue tener algunas victorias. Aquí te detallo algunas cosas que hice, que aun hago y que me dieron resultados:
- Lista de pendientes: Cada semana actualizaba las cosas que tenía pendiente de trabajar con mi jefe y buscaba un espacio para sentarme con él y discutirlas. Mi objetivo era tener respuestas y algún tipo de plan para sacar cada uno de esos puntos de mi lista. Al principio me costaba hablar con él, después de todo soy una persona introvertida, pero la práctica ayuda y poco a poco comencé a ser más asertiva para encontrar respuesta a mis preguntas y acciones concretas para darle movimiento a esos temas pendiente. Sé persistente. Si te cancelan la reunión, pide una nueva fecha.Si no te la dan, aprovecho cualquier encuentro casual de pasillo, de ahí suelen salir las mejores respuestas. Al final del día a los jefes les irá bien si a ti te va bien. ¡Métele!
- Mantenlo en mínimos: Cuando estés preparando tu lista de pendientes, escoge tres o máximo cuatro cosas que sean las más importantes para esa semana. Seguro que tu lista tendrá más de 20 tareas o proyectos por realizar, pero frente a un #apagafuegos no podrás tener mucho más de 10 a 15 minutos, en un día bueno, para que te preste atención. Más aún, si le cuentas una lista interminable de pendientes, no sabrá identificar cuál es la urgente y, como sabes, todo buen #apagafuegos se deja llevar por la urgencia. Así que sé estratégica y presenta con gran entusiasmo aquellas cosas que sean las más importantes para que te presten atención y te den las respuestas que necesitas.
- Confirma tus objetivos: El tema de los objetivos va a ser una constante en este blog, te vas a hartar de leerlo. Lo siento, pero es que a través de los años he descubierto que si no tienes objetivos claros las cosas simplemente no salen bien. Cuando sabes por qué y para qué tienes que hacer algo, es mucho más fácil ejecutarlo. Así que cuando me dan instrucciones ambiguas o no tengo claridad de qué se buscaba lograr con la tarea que tengo asignada insisto, como una liendre pegada a la cabeza de un niño, hasta que logro que me digan lo que necesito.
- Separa tu espacio: El hecho de que todos a tu alrededor vivan con la manguera en la mano apagando fuegos, no significa que tú tengas que hacerlo. En la medida en que puedas, enciérrate y organízate. Tenía una compañera de trabajo que decidió llegar a la oficina media hora antes todos los días para organizarse y atender su lista de pendientes antes de que llegaran los jefes y comenzaran a cambiarle sus planes. A mí me funcionaba dejar mi lista actualizada los viernes por la tarde, así cuando llegaba el lunes la revisaba y sabía lo que tenía pendiente para mantener mi ruta. Haz lo que te funcione mejor, pero asegúrate de separar tus tiempos para ejecutar sin que te interrumpan.
- Evita el círculo de la queja: En un lugar donde todos andan apagando fuegos, es muy probable que haya muchas personas inconformes, incómodas o hasta molestas con el ambiente laboral. Cuando esto es compartido entre compañeros, inevitablemente comienza el circulo vicioso de la queja constante. Es tentador, lo sé, lo he vivido y he caído en sus garras. El problema es que cuando dedicas tiempo y energía a quejarte de lo que no funciona bien, pierdes tiempo y energía para hacer las cosas que tienes pendiente. Así que por más que te mueras por compartir tus impresiones sobre todo lo que se hace mal en la oficina con alguien que te entienda, respíralo y sigue con lo tuyo.
Bueno, gracias por llegar hasta el final de esta publicación, si necesitas ayuda para organizar tus tareas semanales recuerda descargarte la plantilla Cómo organizar tus tareas entre urgentes e importantes. En las próximas entregas voy a desarrollar el tema de los objetivos partiendo desde cómo identificar cuál es el problema de fondo que necesitamos resolver. Y si tienes historias sobre cómo dejaste de ser un #apagafuegos estoy deseando conocerlas, cuéntamelas a través de nuestros perfiles en Facebook e Instagram, me encuentras en @ApagandoFuegos.