Sobre la importancia de separar espacios para reconocer el trabajo realizado
Eran las 6:30 de la tarde. Llevábamos todo el día planificando los temas de los reportajes que escribiríamos el próximos mes, corrigiendo y editando los que publicarían esa semana, buscando imágenes, coordinando fotos y terminando de editar unos vídeos que acompañarían una nueva serie que estábamos motando. Y de repente, terminamos. Éramos tres, dos reporteras y una editora. Nos sentíamos como si hubiéramos corrido un maratón. Nos echamos para atrás en nuestras sillas a modo de relajación después de un día de mucho trabajo y nuestra editora nos dijo: “¡Muy bien, terminamos y quedó como queríamos! Ahora hay que trabajar en los reportajes de la semana que viene, coordinar las entrevistas y planificar la próxima serie de videos. Entre proyecto y proyecto no hay tiempo para celebrar. Sigamos trabajando.” Boom.
Me fui de la redacción con un mal sabor de boca. Me dejaba la piel y el corazón en cada artículo que escribía, mi trabajo eran las historias sobre interés humano. Así es que para mi era un lujo trabajar en un periódico y no tener que cubrir noticias policiacas o políticas, pero no me gustaba esa sensación de no poder detenerme a saborear las pequeñas victorias, aunque fuera por unos minutos. Un año después de escuchar esas palabras de aquella editora, comencé a trabajar en el mundo corporativo y mi jefe para ese entonces era un coach de negocios y de vida. Así es que su enfoque hacia el trabajo tenía un ritmo diferente al de la redacción de un periódico. La primera vez que terminamos un evento, agotados después de un día intenso y todo un mes de planificación, nos sentó en una mesa redonda, nos pidió que detuviéramos lo que estábamos haciendo en ese momento y nos dijo: “¿Cómo se sienten? ¿Qué les pareció el trabajo que hemos realizado hoy? Pensemos un poco en este triunfo y disfrutemos un momento de lo que hemos logrado. Se ha hecho todo muy bien y eso hay que celebrarlo.” Ah, qué diferencia!
No es necesario hacer una fiesta cada vez que logras terminar un proyecto o completar una tarea importante del trabajo. Lo que sí vale la pena es hacer una pausa para reflexionar en el trabajo realizado, reconocer lo que se logró y comentarlo con todos los que formaron parte de ese éxito. Te cuento estas cinco cosas que te ofrece el poder detenerte y celebrar el trabajo bien hecho:
- Celebrar te anima a continuar: Cuando reconoces el esfuerzo y el trabajo realizado, tanto el tuyo como el de los demás, el estado de ánimo automáticamente cambia. El cansancio y el agotamiento mental se alivian al saber que lo que se estaba haciendo se hizo con éxito. Esto te va a ayudar a tener ánimos para seguir adelante con el próximo proyecto, aún cuando comiences 5 minutos después de haber terminado el anterior.
- Celebrar baja los niveles de estrés: El final de un proyecto o de un evento puede ser agotador y estresante. Así es que tomar unos minutos para detenerte, respirar y mirar todo lo que has logrado te ayudará a bajar esos niveles de estrés.
- Celebrar te ayuda a conectar con tu equipo: Cuando te detienes y reconoces el trabajo de los demás, conectas y afianzas los lazos del equipo. Esto te ayudará a mantener el ánimo entre tu grupo y a reforzar el compromiso con el trabajo. No tienes que ser la jefa para reconocer que han hecho un buen trabajo, incluso si no tienes una posición de liderazgo, reconocer a los demás ayuda a mejorar las relaciones de trabajo.
- Celebrar te permite reflexionar: Al detenerte un momento y mirar lo que has logrado podrás ver tus áreas fuertes, las cosas que se hicieron bien. También, te das la oportunidad de ver las áreas de mejora y donde se pudo hacer mejor. Esto te va a ayudar a que tu siguiente proyecto salga mejor todavía.
- Celebrar te da confianza: Cuando paras y ves lo que has logrado, lo que eres capaz de hacer te llenas el cuerpo, el alma y la mente de una sensación que te permite ver el futuro con optimismo, te das la oportunidad de darte esa palmadita en la espalda y decirte: “lo hiciste y podrás hacer mucho más.”
Así es que la próxima vez que termines un proyecto, un evento o una tarea complicada recuerda separar un espacio para celebrar los éxitos obtenidos. Te lo mereces. Y cuéntame en las redes sociales de @ApagandoFuegos cómo celebras tus logros.
Dale, te espero.